De aquel año
sus idas y venidas
el otoño crujiente y el estallido primaveral.
Quizá el blanco invierno,
quizá el sol ardiente del verano.
Tú,
como elegante golondrina,
aunque encerrada,
siempre soñadora.
Yo,
como errante albatros,
aunque torpe,
siempre soñador.
Nuestras bandadas migrantes,
nuestros sueños insomnes
volando juntos hacia costas diferentes.
De aquel año tú.
De aquel año yo.
Los sueños, soñándose,
los viajes, imaginándose.
Las bolas del mundo girando
adivinando
nuestro próximo destino.
También las despedidas,
las calles vacías,
los días grises, los días no vividos.
Los reencuentros,
las noches azules, solitarias,
las noches eternas.
Puede que los parques,
los domingos y sus monstruos.
Las azoteas perdidas,
olvidadas.
Nuestras antenas, nuestros pijamas.
De ese año...
Las sonrisas bajo lágrimas,
todas las lágrimas que ocultaron sonrisas.
Los vendedores de humo y sus mentiras,
las ventanas rotas.
La lluvia que corta.
Los universos infinitos
paralelos.
Nuestros descuidos,
nuestros malabarismos
como funambulistas que mantenían el equilibrio.
El magnetismo y todos sus secretos.
De ese año, la suerte.
Tu suerte,
mi suerte.