lunes, 17 de septiembre de 2012

La arpista del quinto



Tiempo fue lo que siempre nos falto, Julia. Para estar juntos, para soñar toda una vida.
Tiempo fue también lo que siempre nos sobró. Para cumplir nuestros sueños, para vivir toda nuestra vida.
Siempre enamorados, pero eternamente solos.
Jugábamos de niños en aquel parque de detrás de tu casa.
El mismo que años más tarde nos vería enamorarnos y darnos nuestro primer beso.
El mismo que ahora me ve llorando por ti,
porque aquel día, diste tu mejor concierto y extasiada, dejaste este mundo.
Con una sonrisa dibujada, con la felicidad marcada en el rostro, con el arpa todavía entre tus manos, pude ver que al fin eras feliz.

Pero aunque te fuiste, tus veintiún gramos siguen atormentándome.
Huelen a ti, me abrazan por detrás, al igual que tú.
Las noches de tormenta se acurrucan en la cama junto a mí e invaden toda la almohada.
Me apuñalan el corazón y siento frío.
Miedo, vacío.
Y es que los días no son igual sin tu sonrisa fingida.
Las noches son tristes si no puedo secar tus lágrimas para hacer tu risa estallar.

Julia, soy la mitad de mi mismo desde que no estás.
Desearía volver el tiempo atrás, matar todos tus miedos y salvarte cuando estabas al borde del precipicio.
Julia, no tengo nada más que tus veintiún gramos de efímera existencia y no quiero vivir con ellos.
Te quiero a ti, a tus noches de llorar a escondidas, a tus días de reírte hasta del miedo.

Parecías tan fuerte que nunca creí que me dejarías así.
Eras tan frágil que me arrepiento de no haberte protegido de tus fantasmas.
Yo te prometí el cielo, el sol, la luna y las estrellas.
Te dije que siempre estaría a tu lado y nada malo te pasaría mientras permaneciéramos juntos.
Ahora nunca sabré que era lo que atormentaba, Julia.
¿Por qué no dejaste que te ayudara?
¿Por qué no he podido demostrar que podía cuidar de ti?

Julia, lo siento, sé que tú no querrías esto.
No soporto no verte, ni tampoco no estar contigo.
No puedo un día más sin ti, sin esa fuerza que sacabas para que yo no cayera.
No aguanto los remordimientos, ni tampoco la culpa o la verdad.
Yo fracasé y tú perdiste la batalla.
He vuelto a fracasar, pero ahora seré yo quien pague las consecuencias.
Julia, espérame allí arriba porque el concierto va a empezar”

1 comentario:

  1. Hola...vi un comentario tuyo en mi blog:wwww.elpentagramadepalabras.blogspot.com gracias por seguirme y animarte para que sigas así que tu blog es muy profundo y lleno de desgarro...un saludo:)

    ResponderEliminar