Los
sentimiedos.
- ¿Por qué
no sé nada de ti? Yo siempre te cuento cosas, anécdotas del pasado… tú solo
hablas del futuro.
Ni siquiera
te gusta el presente.
No sé de qué
huyes, pequeña, pero conmigo estás segura
+ Créeme es
mejor así, si un día me marcho, prefiero que no me recuerdes.
No soy una
buena persona, no sé hacer feliz a la gente que me quiere.
- Yo te
quiero y soy feliz, sepa o no sepa nada de tu vida.
Mientras
tenga tu sonrisa y la luz que desprende tu mirada, seré feliz.
+ No es
bueno que me quieras tanto, ni siquiera sabes si soy real.
Tú estás
enamorado de la idea que tienes sobre mí.
No puedes
querer a alguien que no conoces.
- Pues
déjame conocerte, te miro a los ojos y solo veo inocencia, no puedes ser tan
mala como dices.
Te querría
aunque me partieras el corazón Ginna, yo siempre te voy a querer.
+En cambio
yo te miro a los ojos y lo veo todo sobre ti. Y me gusta.
Y aunque sé
que no me vas a hacer daño, una parte de mis sentimientos no confía en ti.
Es una parte
minúscula, Max, pero una parte al fin y al cabo.
-A las
partes minúsculas no hay que hacerles caso.
Además, ¿qué
hay en esa parte tan pequeña para que sea más fuerte que la confianza y el amor
que nos tenemos?
+Está bien,
Max.
Esa parte
minúscula guarda todos mis sentimiedos.
-¿Sentiqué?
¡Eso no existe!
+Sí que
existe, Max.
Es la forma
de llamar a todos los sentimientos que me hacen daño, pero que viven conmigo.
Son parte de
mí y estarán ahí siempre.
Por mucho
que nos queramos, o por mucho que ame otras cosas de la vida, siempre voy a
tener miedo.
Te quiero,
Max, quédate con eso y deja que viva con mis miedos e inseguridades.
-Es que sé
que no eres feliz.
Tienes
muchas cosas dentro que necesitan ser contadas.
+Soy feliz. Porque es el lugar donde he vivido siempre.
Entre el
miedo y la realidad y he aprendido a hacerlo.
Tú lo pintas
todo de color de rosa, pero el mundo es negro.
Todos los
días pasan cosas malas a nuestro lado, todos los días alguien abandona a alguien
sin dejar ni una simple nota.
-Es negro
porque tú lo ves así.
El mundo
puede ser del color que nosotros queramos.
Siempre
pasarán cosas malas, pero podemos ser felices si tú lo deseas, aunque no te lo
creas.
+Max, ¿quieres
saber lo que son los sentimiedos?
Pues es no sentirte aceptado por nadie, es ver cómo
la gente pasa por tu lado sin preocuparse de por qué te has caído.
Que te
abandone alguien es muy duro de superar, pero puedes apoyarte en alguien que te
quiera pero… ¿Cuándo abandonas tú? ¿Qué se hace en esos casos?
Pues no lo
sé, quizá yo opté por la opción más cobarde y escondí la cabeza, pero esa es la postura
que me pareció más fácil.
Joder Max,
solo era una cría.
Es saber que
cada luz al final del túnel se apagará en cuanto la toques, que cada rayo de
felicidad se volverá dolor en cualquier momento. Es no saber cuándo va a pasar.
Significa no
confiar en nadie. Someter a todas las personas a un escáner mental intentando
descifrar lo qué buscan de ti, porque una jodida minúscula parte de ti cree que
la gente sólo te busca por interés.
Tener
sentimiedos significa llorar por las noches cuando ya nadie te ve, porqué si
demuestras que eres débil te comen, Max.
Son una mierda, un lastre que llevo desde hace muchos años porque todas
las personas a las que les he confiado mis secretos, con las que he compartido sueños han terminado
desapareciendo y tirándome como si nunca hubiese significado nada.
Siento que estoy perdiendo los mejores años de mi vida porque nada de lo que hago me completa, la vida me supera y va desbordándose.
Quedan tantas cosas por arreglar que pienso que jamás estaré completa.
Siento que estoy perdiendo los mejores años de mi vida porque nada de lo que hago me completa, la vida me supera y va desbordándose.
Quedan tantas cosas por arreglar que pienso que jamás estaré completa.
-Eh,
pequeña, tranquila. Todos tenemos miedo, pero no podemos vivir con ellos tantos
años.
Yo también
tengo algunos, me aterroriza la soledad.
Cuando murió
mi padre, hice lo mismo que tú, escondí la cabeza y me fui de casa, abandoné
todo lo que quería.
Pensaba que
era feliz y que empezar de cero me ayudaría a superarlo, pero ¿sabes qué me
ayudo?
Descolgar el
teléfono y llamar a mi madre, llorar con ella y admitir que me había
equivocado.
Durante ese
tiempo ella había estado muy preocupada y a mí ni siquiera me importaba.
Volví a
casa una navidad y los dos nos lo agradecimos.
Deberías
aceptar que no eres feliz, porque las que te cuentas a ti mismo son las más
tristes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario