martes, 13 de diciembre de 2011

Recapitulación de tantas cosas

Ahora si que sí, ahora, Clara ya estaba segura de que su vida era completamente distinta... había perdido muchas cosas durante ese último año tan extraño... había mantenido otras y, como siempre que se pierde algo, había ganado, sí, también había ganado... La vida estaba cambiando para ella y ya no sólo le quitaba sin pensar, si no que le recompensaba por esas pérdidas...


Un año extraño, sí... pero Clara había sacado sus propias conclusiones, esos 365 días le habían servido para aprender que no siempre nos tratan bien, pero que siempre tenemos que sacar nuestra mejor sonrisa para demostrar lo fuertes que somos... y gracias a eso, aprendió que para el día que no pudiera más, la vida le había regalado unas pequeñas golondrinas.
Unas golondrinas que no se irían, que no eran como las de Bécquer, que se quedarían para siempre en tierra firme, no alzarían el vuelo ni se alejarían jamás... que la harían grande durante los días más raros... incluso cuando la nieve se incendiara, esas pequeñas golondrinas, estarían ahí.

 Eso si que era extraño... tan extraño como el destino... y es que todo cambia en una fracción de segundo y eso le pasó a Clara... sola, triste y desesperada, dejó de ser imprescindible... pero sin quererlo se convirtió en una pequeña niña imantada que atrajo a esas pequeñas golondrinas, que la vida o el destino le había puesto en el camino y con las que escribiría ese futuro tan invisible e incierto como el traje nuevo del emperador

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